PRIMERAS PAGINAS...
“EL JUEGO”
EL DIA EN QUE EL TIEMPO SE DETUVO…
Viernes, noviembre 04, 2005
2:17 pm. (Buenos Aires Argentina)
Estoy sentado en un ciber-café de la Ciudad de Buenos Aires, a unos cuantos minutos (quiero creer) de vivir la experiencia más extraña y absurda de mi vida. Y si creen que exagero, lean con atención.
En el servicio postal donde trabajo nos exigen llevar en la planilla un control de los horarios en que entregamos las piezas. Esto es más que nada para los casos de reclamos, y para que los jefes sepan si “paseás o laburás”. Yo llevo rigurosa notación de los horarios, anotando tres o cuatro veces por página.Así pues, hoy, como todos los días, llevé a cabo mi recorrido por Parque Chas, anotando laterales, referencias y horarios... benditos horarios.Eran las dos de la tarde... es decir, fueron las dos de la tarde durante una hora. En la planilla constan las 14:54, y varios renglones más abajo se puede leer "14:00". Eso en sí no sería raro - podría haberme equivocado al anotar. Pero después, al revisar bien la planilla entera me doy cuenta de que los horarios venían en orden consecutivo; venían bien anotados y con una separación entre ellos acorde a las cuadras caminadas.¿Qué fue lo que pasó entonces? ¿Qué clase de “demonio de inframundo” se tragó una hora de tiempo terrestre? Juro que estoy en un estado de desorientación total... porque no tiene sentido... no hay explicación razonable a lo sucedido; una hora desapareció de la corriente del tiempo.Si alguien vivió algo similar en este día, hágamelo saber. Quiero saber si me terminé de volver loco o realmente algo pasó.Ahora me voy a la sucursal, donde voy a tener que "dibujar" los horarios... dudo que tomen en serio mi historia.
MUY RARO...
ADRIÁN HESS
CAPITULO PRIMERO “EL JUEGO” INICIA
_______________________________________
HÉCTOR
Sentado frente a la computadora Héctor se sintió sacudido…-¡ha vuelto-,! –pensó- miles de sentimientos se arremolinaron en lo más profundo de su ser; Sus recuerdos, potentes paquetes emotivos, atravesaban a la velocidad de la luz el punto exacto en donde se alojaba su conciencia, una lagrima se columpió tímidamente en sus pestañas, el sentimiento de recuperar a un ser querido al que se consideraba muerto lo invadió, un electrizante cosquilleo le recorrió la espalda y remató en su coronilla, Héctor soltó una repentina carcajada, aquella lagrima que se debatía entre el ser y no ser cayó victima de los efectos de la gravedad, al recorrer el espacio en caída libre y justo frente al monitor, reflejó un vertiginoso destello, una chispa que lo sobresaltó…un instante después la gota estalló al impactarse contra el teclado, por un segundo el tiempo se detuvo y Héctor tuvo el claro sentimiento de “ya haberlo vivido antes”. Sólo sonrío, estaba acostumbrado a esas señales.
Una sensación de añoranza lo sosegó, percibía un raro calor emanando de su rostro… salió de la peculiar edificación de lámina que se construyó justo un año atrás en la azotea de la vivienda en donde radicaba, ésta era bastante pequeña y el necesitaba de espacio para sus “efectos personales” que en su caso eran una computadora y aviones, aviones de radio control, esa era la causa de la peculiar forma de aquel “refugio” y de donde le venía su mote: “El Hangar”. Héctor sentía una particular afición por las computadoras y por aquellos frágiles, livianos, y costosos juguetes; le gustaba armarlos y coleccionarlos, pero lo que más disfrutaba era volarlos.
Pausadamente, bajó uno a uno los catorce peldaños que lo conducian a tierra firme, transito en segundos el discreto jardín, entró a la casa y se dirigió directamente a la cocina, mecánicamente tomó un vaso de la alacena, abrió el refrigerador y buscó un poco de leche, muchas ideas cobraban forma en su cabeza, pero un sentimiento de nostalgia lo obligó a viajar al pasado, a su infancia, cuando todo había comenzado…
Tenia catorce años, iba en tercer grado de secundaria, se encontraba en semana de evaluaciones, el día anterior lo había pasado estudiando hasta altas horas de la noche; Por la mañana, como todos los días sonó el despertador a las 5:15 am.
Tuvo problemas en el examen de Física, las cosas no le habían salido como esperaba, el transporte escolar, igual que siempre, lo dejó a la puerta de su casa alrededor de las 3:30 pm. En el hogar, como todos los días no había nadie, buscó algo que comer, normalmente esperaba a su hermana menor quien era llevada a casa aproximadamente a las 4:00 pm., pero esa tarde era distinto, las situaciones tensas le provocaban hambre y no pudo esperar, calentó un poco de la comida que sobró del día anterior y la devoró en pocos minutos.
Encendió el televisor, puso su programa favorito pero no podía concentrarse, sus ideas divagaban, sus ojos apuntaban hacia la pantalla pero su mirada se veía enfocada en algún horizonte lejano que solo el podía distinguir; a su llegada Annie su hermanita cruzó frente a el se dirigieron un breve saludo y luego se ignoraron, al termino de su programa, Héctor comenzó a cambiar de canal de manera inconsciente, de momento un programa capturó su atención, tres paracaidistas en caída libre llevaban a cabo envidiables evoluciones, se desplazaban por el aire a voluntad, se dispersaban y se agrupaban de nuevo, más que una caída semejaba el vuelo de las aves… también al hombre le está permitido volar, –pensó- -…aunque sea por breves minutos-, exhaló un profundo suspiro y en ese momento un recuerdo inundó su memoria, un sueño que había permanecido atrapado emergió de algún lugar remoto de su mente, ¡el sueño de volar!!, ¿como había sido posible olvidarlo?, el recuerdo era tan vívido y claro, que con solo evocarlo y cerrar sus ojos pudo sentir lo que era volar, como si en verdad hubiera sucedido.
En su niñez Héctor experimentó ese sueño recurrente, un sueño extraño pues se metía en otros sueños sin causa o alguna conexión aparente, por algún motivo él de pronto se encontraba en “el lugar”…
Cerca de la casa de sus padres había un amplísimo “jardín”, en realidad eran una serie de terrenos baldíos “propiedad federal” que alojaban una interminable sucesión de enormes torres eléctricas. Siempre que, durante un sueño, se encontraba en ese sitio, un viento poderoso comenzaba a soplar, él entonces sabía que hacer, corría en contra de ese viento, sus zancadas cada vez eran mas largas, el impulso de cada una era cada vez mayor, catapultándolo de manera progresiva a más altura… y llegaba el momento de volar!... El viento, en lo alto cobraba mayor fuerza, a Héctor le bastaba con mover brazos y piernas para desplazarse a su antojo hacia un lado, hacia el otro, arriba, abajo… sentía la libertad de las aves, y se sentía feliz. Cada vez que tenía este sueño recordaba sus “vuelos” previos, eso le permitía aprovechar la “experiencia acumulada”, de modo que llegó a ser un volador bastante experimentado, sin embargo al despertar nunca pudo recordarlo.
Apagó el televisor, ya no lo estaba viendo, se dirigió a su habitación, el haber podido recordar ese evasivo sueño de volar le había hecho sentir de mejor animo, buscó sus apuntes de inglés se recostó en su cama, estudió poco más de una hora y se quedó profundamente dormido.
Abrió los ojos, no pudo percibir rastro alguno de luz, dejo caer la cabeza de costado, semiinconsciente busco el despertador, tuvo que hacer un esfuerzo por enfocar la hora… 1:23 de la mañana, en ese instante lo recordó todo, se había quedado dormido, se sintió molesto, le disgustaba dormir de día, pero lo que mas le contrariaba era que no había cumplido con los deberes escolares, -lo de inglés no importa mucho- -pensó- pero lo de historia es para derecho a examen-, esa idea lo perturbó, se sentó en la orilla de la cama para aclarar sus ideas, no había opción, debía responder un cuestionario imprimir unas paginas y a dormir. No encendió la luz por no despertar a su hermano menor que dormía en la cama contigua, oprimió el botón de arranque de la computadora que Papá le regalo cuando ingreso a la secundaria, una intensa luz azul proveniente del monitor ilumino su rostro que ya reflejaba signos de impaciencia, le tomo un par de minutos mas prepararlo todo, se disponía a comenzar cuando súbitamente la brillante pantalla se puso en negro, una sensación de corriente eléctrica le recorrió la espalda, el sobresalto acelero su ritmo cardiaco, fue entonces cuando notó el silencio y la inquietante oscuridad que lo envolvía -calma- pensó -un clic y ya- … pero nada sucedió… comenzó a propinar nerviosas palmadas al gabinete del monitor, fue entonces que los altavoces empezaron a producir ruidos extraños que en nada contribuyeron a combatir el nerviosismo del que era preso. Los sonidos cobraron forma, una música obsesiva y dramáticamente lenta lo estaba asustando, a tientas busco el interruptor de la lámpara, no hubo tiempo, algo capturo su atención, frente a él una frase resplandeció suave y lentamente:
ESTAS EN EL UMBRAL DE
“EL JUEGO”
Segundos después, se desvaneció de la misma manera que había aparecido, repentinamente una pregunta de encendido color rojo se reflejo en sus pupilas:
¿CREES QUE ESTAS LISTO PARA COMENZAR?
La música subió de tono, percusiones antes dispersas se agrupaban rítmicamente y aceleraban de manera progresiva… la pregunta se mantuvo retadora… Héctor oprimió el botón izquierdo del “ratón” y en el acto todo volvió a tornarse negro, cientos de puntitos de luz comenzaron a viajar velozmente por toda la extensión del monitor y se fueron agrupando poco a poco construyendo el siguiente enunciado:
NO LO TOMES A LA LI GERA,
“EL JUEGO” NO ES CUALQUIER JUEGO…
El texto se desmorono de derecha a izquierda semejando brillantes granos de arena que cayeron al interrumpirse la singular energía que los había aglutinado, segundos mas tarde otra pregunta surgió de golpe:
¿TE ATREVERIAS A JUGARLO SABIENDO QUE PUEDE CAMBIAR TU VIDA?
-¡esto es demasiado¡- pensó- la pregunta lo había intimidado, se tomo unos momentos respiro profundamente, y llego a una conclusión, todo aquello era una broma, -solo es un JUEGO -pensó - algún chistoso me está queriendo asustar…- Sus pensamientos lo tranquilizaron un poco, muy suavemente comenzó a ejercer presión con su dedo índice… el “ratón” sonó –clic- y una serie de textos surgieron desde distintos puntos del monitor, se desplazaban erráticamente de un lado a otro, la suavidad de su movimiento creaba un efecto hipnótico, por un momento se sintió mareado pero no podía despegar la mirada y se esforzaba por organizar el mensaje en su mente:
….EL JUEGO…
… ESTAS ENGANCHADO…
…AHORA EL JUEGO TIENE EL CONTROL…
…TODOS TUS ACTOS FORMAN PARTE DE…
… SELLASTE EL PACTO…
… A PARTIR DE ESTE MOMENTO…
…el letárgico efecto de esas frases le impedía pensar con claridad, la música había llegado a un clímax, era tensa, obscura, casi frenética… pero Héctor ya no la escuchaba, se encontraba absorto intentando resolver el acertijo, de momento creía haberlo conseguido, mas no lograba fijarlo, una opción distinta suplantaba a la anterior y se esfumaban tan pronto habían llegado…sus ojos, mas grandes que de costumbre no parpadeaban, el tiempo pareció haberse congelado. De pronto, una imagen surgió en su mente:
SELLASTE EL PACTO
ESTAS ENGANCHADO
AHORA “EL JUEGO” TIENE EL CONTROL.
A PARTIR DE ESTE MOMENTO
TODOS TUS ACTOS FORMAN PARTE DE
“EL JUEGO”
Abrió los ojos, no pudo percibir rastro alguno de luz, dejo caer la cabeza de costado, semiinconsciente busco el despertador, tuvo que hacer un esfuerzo por enfocar la hora… 4:23 de la mañana, en ese instante lo recordó todo; -¿Que extraño sueño había sido ese?, había sido sueño o en verdad le sucedió?- Se sentía confundido, salto fuera de la cama y dando traspiés, salió de su habitación. Silenciosamente cruzo el corredor, viró en el comedor y sus ojos localizaron el objetivo: el refrigerador, -con algo en el estomago se piensa mejor –murmuró- al tiempo que un gran trozo de pollo se introducía en su boca.
EL DIA EN QUE EL TIEMPO SE DETUVO…
Viernes, noviembre 04, 2005
2:17 pm. (Buenos Aires Argentina)
Estoy sentado en un ciber-café de la Ciudad de Buenos Aires, a unos cuantos minutos (quiero creer) de vivir la experiencia más extraña y absurda de mi vida. Y si creen que exagero, lean con atención.
En el servicio postal donde trabajo nos exigen llevar en la planilla un control de los horarios en que entregamos las piezas. Esto es más que nada para los casos de reclamos, y para que los jefes sepan si “paseás o laburás”. Yo llevo rigurosa notación de los horarios, anotando tres o cuatro veces por página.Así pues, hoy, como todos los días, llevé a cabo mi recorrido por Parque Chas, anotando laterales, referencias y horarios... benditos horarios.Eran las dos de la tarde... es decir, fueron las dos de la tarde durante una hora. En la planilla constan las 14:54, y varios renglones más abajo se puede leer "14:00". Eso en sí no sería raro - podría haberme equivocado al anotar. Pero después, al revisar bien la planilla entera me doy cuenta de que los horarios venían en orden consecutivo; venían bien anotados y con una separación entre ellos acorde a las cuadras caminadas.¿Qué fue lo que pasó entonces? ¿Qué clase de “demonio de inframundo” se tragó una hora de tiempo terrestre? Juro que estoy en un estado de desorientación total... porque no tiene sentido... no hay explicación razonable a lo sucedido; una hora desapareció de la corriente del tiempo.Si alguien vivió algo similar en este día, hágamelo saber. Quiero saber si me terminé de volver loco o realmente algo pasó.Ahora me voy a la sucursal, donde voy a tener que "dibujar" los horarios... dudo que tomen en serio mi historia.
MUY RARO...
ADRIÁN HESS
CAPITULO PRIMERO “EL JUEGO” INICIA
_______________________________________
HÉCTOR
Sentado frente a la computadora Héctor se sintió sacudido…-¡ha vuelto-,! –pensó- miles de sentimientos se arremolinaron en lo más profundo de su ser; Sus recuerdos, potentes paquetes emotivos, atravesaban a la velocidad de la luz el punto exacto en donde se alojaba su conciencia, una lagrima se columpió tímidamente en sus pestañas, el sentimiento de recuperar a un ser querido al que se consideraba muerto lo invadió, un electrizante cosquilleo le recorrió la espalda y remató en su coronilla, Héctor soltó una repentina carcajada, aquella lagrima que se debatía entre el ser y no ser cayó victima de los efectos de la gravedad, al recorrer el espacio en caída libre y justo frente al monitor, reflejó un vertiginoso destello, una chispa que lo sobresaltó…un instante después la gota estalló al impactarse contra el teclado, por un segundo el tiempo se detuvo y Héctor tuvo el claro sentimiento de “ya haberlo vivido antes”. Sólo sonrío, estaba acostumbrado a esas señales.
Una sensación de añoranza lo sosegó, percibía un raro calor emanando de su rostro… salió de la peculiar edificación de lámina que se construyó justo un año atrás en la azotea de la vivienda en donde radicaba, ésta era bastante pequeña y el necesitaba de espacio para sus “efectos personales” que en su caso eran una computadora y aviones, aviones de radio control, esa era la causa de la peculiar forma de aquel “refugio” y de donde le venía su mote: “El Hangar”. Héctor sentía una particular afición por las computadoras y por aquellos frágiles, livianos, y costosos juguetes; le gustaba armarlos y coleccionarlos, pero lo que más disfrutaba era volarlos.
Pausadamente, bajó uno a uno los catorce peldaños que lo conducian a tierra firme, transito en segundos el discreto jardín, entró a la casa y se dirigió directamente a la cocina, mecánicamente tomó un vaso de la alacena, abrió el refrigerador y buscó un poco de leche, muchas ideas cobraban forma en su cabeza, pero un sentimiento de nostalgia lo obligó a viajar al pasado, a su infancia, cuando todo había comenzado…
Tenia catorce años, iba en tercer grado de secundaria, se encontraba en semana de evaluaciones, el día anterior lo había pasado estudiando hasta altas horas de la noche; Por la mañana, como todos los días sonó el despertador a las 5:15 am.
Tuvo problemas en el examen de Física, las cosas no le habían salido como esperaba, el transporte escolar, igual que siempre, lo dejó a la puerta de su casa alrededor de las 3:30 pm. En el hogar, como todos los días no había nadie, buscó algo que comer, normalmente esperaba a su hermana menor quien era llevada a casa aproximadamente a las 4:00 pm., pero esa tarde era distinto, las situaciones tensas le provocaban hambre y no pudo esperar, calentó un poco de la comida que sobró del día anterior y la devoró en pocos minutos.
Encendió el televisor, puso su programa favorito pero no podía concentrarse, sus ideas divagaban, sus ojos apuntaban hacia la pantalla pero su mirada se veía enfocada en algún horizonte lejano que solo el podía distinguir; a su llegada Annie su hermanita cruzó frente a el se dirigieron un breve saludo y luego se ignoraron, al termino de su programa, Héctor comenzó a cambiar de canal de manera inconsciente, de momento un programa capturó su atención, tres paracaidistas en caída libre llevaban a cabo envidiables evoluciones, se desplazaban por el aire a voluntad, se dispersaban y se agrupaban de nuevo, más que una caída semejaba el vuelo de las aves… también al hombre le está permitido volar, –pensó- -…aunque sea por breves minutos-, exhaló un profundo suspiro y en ese momento un recuerdo inundó su memoria, un sueño que había permanecido atrapado emergió de algún lugar remoto de su mente, ¡el sueño de volar!!, ¿como había sido posible olvidarlo?, el recuerdo era tan vívido y claro, que con solo evocarlo y cerrar sus ojos pudo sentir lo que era volar, como si en verdad hubiera sucedido.
En su niñez Héctor experimentó ese sueño recurrente, un sueño extraño pues se metía en otros sueños sin causa o alguna conexión aparente, por algún motivo él de pronto se encontraba en “el lugar”…
Cerca de la casa de sus padres había un amplísimo “jardín”, en realidad eran una serie de terrenos baldíos “propiedad federal” que alojaban una interminable sucesión de enormes torres eléctricas. Siempre que, durante un sueño, se encontraba en ese sitio, un viento poderoso comenzaba a soplar, él entonces sabía que hacer, corría en contra de ese viento, sus zancadas cada vez eran mas largas, el impulso de cada una era cada vez mayor, catapultándolo de manera progresiva a más altura… y llegaba el momento de volar!... El viento, en lo alto cobraba mayor fuerza, a Héctor le bastaba con mover brazos y piernas para desplazarse a su antojo hacia un lado, hacia el otro, arriba, abajo… sentía la libertad de las aves, y se sentía feliz. Cada vez que tenía este sueño recordaba sus “vuelos” previos, eso le permitía aprovechar la “experiencia acumulada”, de modo que llegó a ser un volador bastante experimentado, sin embargo al despertar nunca pudo recordarlo.
Apagó el televisor, ya no lo estaba viendo, se dirigió a su habitación, el haber podido recordar ese evasivo sueño de volar le había hecho sentir de mejor animo, buscó sus apuntes de inglés se recostó en su cama, estudió poco más de una hora y se quedó profundamente dormido.
Abrió los ojos, no pudo percibir rastro alguno de luz, dejo caer la cabeza de costado, semiinconsciente busco el despertador, tuvo que hacer un esfuerzo por enfocar la hora… 1:23 de la mañana, en ese instante lo recordó todo, se había quedado dormido, se sintió molesto, le disgustaba dormir de día, pero lo que mas le contrariaba era que no había cumplido con los deberes escolares, -lo de inglés no importa mucho- -pensó- pero lo de historia es para derecho a examen-, esa idea lo perturbó, se sentó en la orilla de la cama para aclarar sus ideas, no había opción, debía responder un cuestionario imprimir unas paginas y a dormir. No encendió la luz por no despertar a su hermano menor que dormía en la cama contigua, oprimió el botón de arranque de la computadora que Papá le regalo cuando ingreso a la secundaria, una intensa luz azul proveniente del monitor ilumino su rostro que ya reflejaba signos de impaciencia, le tomo un par de minutos mas prepararlo todo, se disponía a comenzar cuando súbitamente la brillante pantalla se puso en negro, una sensación de corriente eléctrica le recorrió la espalda, el sobresalto acelero su ritmo cardiaco, fue entonces cuando notó el silencio y la inquietante oscuridad que lo envolvía -calma- pensó -un clic y ya- … pero nada sucedió… comenzó a propinar nerviosas palmadas al gabinete del monitor, fue entonces que los altavoces empezaron a producir ruidos extraños que en nada contribuyeron a combatir el nerviosismo del que era preso. Los sonidos cobraron forma, una música obsesiva y dramáticamente lenta lo estaba asustando, a tientas busco el interruptor de la lámpara, no hubo tiempo, algo capturo su atención, frente a él una frase resplandeció suave y lentamente:
ESTAS EN EL UMBRAL DE
“EL JUEGO”
Segundos después, se desvaneció de la misma manera que había aparecido, repentinamente una pregunta de encendido color rojo se reflejo en sus pupilas:
¿CREES QUE ESTAS LISTO PARA COMENZAR?
La música subió de tono, percusiones antes dispersas se agrupaban rítmicamente y aceleraban de manera progresiva… la pregunta se mantuvo retadora… Héctor oprimió el botón izquierdo del “ratón” y en el acto todo volvió a tornarse negro, cientos de puntitos de luz comenzaron a viajar velozmente por toda la extensión del monitor y se fueron agrupando poco a poco construyendo el siguiente enunciado:
NO LO TOMES A LA LI GERA,
“EL JUEGO” NO ES CUALQUIER JUEGO…
El texto se desmorono de derecha a izquierda semejando brillantes granos de arena que cayeron al interrumpirse la singular energía que los había aglutinado, segundos mas tarde otra pregunta surgió de golpe:
¿TE ATREVERIAS A JUGARLO SABIENDO QUE PUEDE CAMBIAR TU VIDA?
-¡esto es demasiado¡- pensó- la pregunta lo había intimidado, se tomo unos momentos respiro profundamente, y llego a una conclusión, todo aquello era una broma, -solo es un JUEGO -pensó - algún chistoso me está queriendo asustar…- Sus pensamientos lo tranquilizaron un poco, muy suavemente comenzó a ejercer presión con su dedo índice… el “ratón” sonó –clic- y una serie de textos surgieron desde distintos puntos del monitor, se desplazaban erráticamente de un lado a otro, la suavidad de su movimiento creaba un efecto hipnótico, por un momento se sintió mareado pero no podía despegar la mirada y se esforzaba por organizar el mensaje en su mente:
….EL JUEGO…
… ESTAS ENGANCHADO…
…AHORA EL JUEGO TIENE EL CONTROL…
…TODOS TUS ACTOS FORMAN PARTE DE…
… SELLASTE EL PACTO…
… A PARTIR DE ESTE MOMENTO…
…el letárgico efecto de esas frases le impedía pensar con claridad, la música había llegado a un clímax, era tensa, obscura, casi frenética… pero Héctor ya no la escuchaba, se encontraba absorto intentando resolver el acertijo, de momento creía haberlo conseguido, mas no lograba fijarlo, una opción distinta suplantaba a la anterior y se esfumaban tan pronto habían llegado…sus ojos, mas grandes que de costumbre no parpadeaban, el tiempo pareció haberse congelado. De pronto, una imagen surgió en su mente:
SELLASTE EL PACTO
ESTAS ENGANCHADO
AHORA “EL JUEGO” TIENE EL CONTROL.
A PARTIR DE ESTE MOMENTO
TODOS TUS ACTOS FORMAN PARTE DE
“EL JUEGO”
Abrió los ojos, no pudo percibir rastro alguno de luz, dejo caer la cabeza de costado, semiinconsciente busco el despertador, tuvo que hacer un esfuerzo por enfocar la hora… 4:23 de la mañana, en ese instante lo recordó todo; -¿Que extraño sueño había sido ese?, había sido sueño o en verdad le sucedió?- Se sentía confundido, salto fuera de la cama y dando traspiés, salió de su habitación. Silenciosamente cruzo el corredor, viró en el comedor y sus ojos localizaron el objetivo: el refrigerador, -con algo en el estomago se piensa mejor –murmuró- al tiempo que un gran trozo de pollo se introducía en su boca.
posted by Héctor at 10:32 a.m.
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Otros experimemtos revelaron que los pensamientos afectan de similar manera la configuración molecular de el agua, en frascos con agua tomada de la misma fuente, fueron colocados letreros con distintas palabras, las muestras rotuladas con palabras como "amor", "bonita", "Dios", desarrollaron cristales de bellas y armoniosas figuras, de manera contrastante con las muestras a las que se les pusieron palabras negativas o que simplemente fuéron ignoradas. 
